Aquí encontrarás información útil para saber cuándo comprar un móvil a tu hijo y qué pautas poner para poder darle un uso beneficioso, y no perjudicial.
- ¿Cuándo compramos un móvil a nuestro/a hijo/a adolescente?
Hemos de intentar retrasar al máximo darles un móvil. Para conseguirlo es ideal que en la escuela se conciencie al grupo de madres y padres de los posibles beneficios de retrasar la compra a todo el grupo de clase. Cuantas más familias retrasan su uso, más fuerza tenemos para seguir acercando a los jóvenes que se asombren con la realidad real y no la digital. Porque está comprobado que retrasar el móvil provoca beneficios en la atención y la concentración que se ven reflejados con una mejor vida académica y, además protegemos su salud mental. El mal uso del móvil puede provocar problemas académicos, alteraciones en el sueño, cambios en los hábitos alimenticios, dependencia al dispositivo, problemas de relación con los demás, entre otros problemas que generan ciertas aplicaciones y redes sociales.
El momento idóneo para comprar un móvil será cuando nuestros hijos tengan una 1) Identidad construida y confianza en sí mismos y 2) sean autónomos. ¿Y cómo se sabe esto? Esto lo valoramos los psicólogos pero en casa podéis comprobarlo a grandes rasgos así: 1) si vuestro hijo/a es capaz de trabajar y ganarse el dinero para comprarse un móvil demostrará que tiene la capacidad de autonomía necesaria, 2) y si observamos que nuestro hijo/a tiene muy claro lo que le gusta y lo que no le gusta, tiene capacidad de argumentación y de decisión y sabe decir que no y diferenciarse de sus amigos entonces, adelante.
Recomendamos que sea un profesional de la psicología el que pueda valorar con más exactitud si vuestro joven es suficiente maduro para navegar por internet y poder potenciar y desarrollar sus recursos. Si observamos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que algunos padres y madres compran un móvil o un iPad con acceso a internet, lo cual es como una carretera sin policías, mientras paradójicamente aún no les dejan salir solos a la calle. Por eso es recomendable adaptar al grupo a su proceso de maduración. Aunque no olvidemos que lo más importante está en nuestras manos: educar en valores y acompañar a nuestros hijos/as en este viaje de aprendizaje.
- La importancia de la autorregulación y la responsabilidad propia
Hay diferentes maneras de auto responsabilizarse del uso del móvil siendo adolescente; aunque lo más importante sigue siendo la educación que les brindamos para autorregular el placer constante, lo que les ayuda a ellos y a nosotros a tolerar la espera. Entrena a tus hijos a retrasar los refuerzos positivos, es decir, los premios. Entrena a tus hijos a saber esperar las gratificaciones de la vida. Porque de está forma se entrenan a autocontrol y evitamos la impulsividad. Una vez damos el móvil es necesario marcar Dónde lo usará, Cuándo, Cuánto tiempo, Con quién, Qué contenido, Para Qué, Cómo lo va usar. En definitiva, aprender a poner límites. Cuándo se ponen bien todo fluye y encima protegemos la salud de nuestros hijos. Si te suponen una discusión y una guerra diaria debes de pedirnos ayuda. Además es importante recordar que los dispositivos móviles sean teléfonos o tablets emiten luz azul o luz visible de alta energía y su uso en exceso puede tener consecuencias negativas en la vista, las retinas y generar problemas como el insomnio.
- Límites marcados para toda la familia
Perder la noción del tiempo mientras estamos usando el móvil es totalmente normal y nos ha ocurrido a todos. Estamos tan concentrados e inmersos en aquello que nos está mostrando la pantalla que no podemos prestar atención a nada más. Para evitar que las horas se nos escapen es prudente establecer límites claros y pactar el tiempo entre todos. Y como internet es una calle sin policías no debemos de ser irresponsables, por ello recomendamos instalar el control parental a los dispositivos, cuando se trata de un menor de edad.
Control parental del móvil sin espiar. ¿Qué más hay que saber?
Como responsables de nuestros hijos e hijas debemos tener en cuenta varias indicaciones a las cuales nos ceñiremos en lo que sea posible:
- Podremos identificar si se está haciendo un uso excesivo o no observándolos durante todo el día y registrando las horas que están con el móvil. Al final de la jornada se valorará entonces si es necesario aplicar medidas de regulación de su uso.
- Es nuestra responsabilidad concienciar a los que se inician en la tecnología que el móvil es una de las muchas herramientas para comunicarse con los demás.
- Debemos respetar siempre el límite de pantallas al día que hayamos establecido con nuestros hijos.
- Informar de los riesgos es de vital importancia, ya que se les advierte de aquellos peligros a los que están expuestos.
- Fijar unos espacios limpios del uso de los móviles, tanto los adolescentes de casa como nosotros los padres, como pueden ser; sitios donde predomine la comunicación familiar, como por ejemplo la cocina, o las habitaciones comunes.
- Somos responsables de crear un ambiente respetuoso y asegurarnos de informar sobre dónde se puede usar el móvil y dónde no se puede.
- Después de aplicar las pautas a los hijos, también tenemos que aplicárnoslas a nosotros mismos y cumplirlas tal y como predicamos.
Como adolescentes, ¿Qué hay que saber?
Por otro lado, como adolescentes hay que mirar esta situación desde una perspectiva consciente acerca del uso de las pantallas. Como, por ejemplo:
- Utilizar el móvil siempre y cuando sea necesario sin permitir que este nos aísle de nuestro entorno real.
- Ser conscientes y aprender dónde es adecuado utilizar el móvil y dónde es más apropiado no usarlo.
- Al tratarse de un medio de comunicación virtual, hay que ser conscientes que los mensajes siempre tienen una interpretación propia y pueden ser origen de malentendidos.
- No compartir contenido que pueda comprometernos a nosotros o a otras personas, ya sean mensajes, fotografías, vídeos, etc…
- Ir con cuidado a la hora de convertir el móvil y las pantallas en nuestra única vía de comunicación, pues existen muchos otros métodos.
Consejos para tratar la adicción al móvil
Uno de los grandes problemas con los que se encuentran los padres que han dejado de limitar el uso de los dispositivos a sus hijos, son los trastornos y problemas sociales que sufren estos adolescentes al estar constantemente pegados a las pantallas, como por ejemplo la depresión, la nomofobia (ansiedad o fobia a la ausencia del propio móvil), el estrés crónico, aislamiento, insomnio, sexting o ciberbullying.
Como padres, tirar la toalla con nuestros hijos nunca tiene que ser una opción, por eso hay que poner solución al uso desesperado de las pantallas, y nosotros podemos ayudarte a dar los primeros pasos en este camino.
Desde nuestro Centro de Terapia Breve Estratégica realizamos sesiones online y de forma presencial para guiarte con diferentes pautas para el uso correcto y eficiente del móvil y las pantallas.
Júlia Pascual. Directora y psicóloga del Centro de psicología en Barcelona. Especialistas en Terapia Breve Estratégica.