“Consumir drogas te debilita, te esclaviza y te va matando por dentro. Abre los ojos, tú no decides si consumir o no, ellas ya han elegido por ti, y a la que te descuides te lo acabarán quitando todo y te consumirán vivo” J. Pascual
La adicción a las sustancias es probablemente el tipo de adicción más conocida. En realidad puede comprender diferentes adicciones, a una sola sustancia o a varias. Las más relevantes por el volumen de personas que sufren estos problemas son la adicción al tabaco, la adicción al alcohol, a determinados medicamentos (principalmente las benzodiacepinas) y la adicción a drogas como cannabis, cocaína, heroína, éxtasis y otras.
En los primeros meses de 2021 se ha detectado un incremento de consumo de hipnosedantes, alcohol y otras drogas en España. Los motivos de la iniciación en el consumo de este tipo de sustancias son diversos.
Actualmente este incremento se atribuye a problemas derivados con las restricciones de formas de ocio social, al incremento de la depresión y a los estados de ansiedad continuada en la era Covid-19. Aunque los datos previos al estado de alarma ya indicaban un incremento en el consumo de este tipo de sustancias, por lo que no puede achacarse totalmente a esta situación.
El porcentaje de consumidores ocasionales de sustancias que pasa a sufrir problemas de adicción a las sustancias es muy elevado y es mayor a menor edad del consumidor.
Las consecuencias de la adicción a las sustancias son graves tanto a nivel de salud como social y del comportamiento. Afecta a la conducta, al estado de ánimo y a la percepción de la realidad. También afecta al organismo, deteriorando órganos vitales y cambios en el cerebro.
En el caso de las mujeres embarazadas, además, puede provocar daños de diversa índole y gravedad al feto.
Sintomatología del trastorno por consumo de sustancias
- Cambiar a menudo de personas a las que se frecuenta, separándose de amigos «antiguos».
- Pasar mucho tiempo solo cuando antes se tenía un estilo de vida más social.
- Perder interés por sus aficiones favoritas sin que otras nuevas las sustituyan.
- Dejadez sobre el cuidado y aseo personal.
- Sentirse muy cansado y triste sin motivo aparente para ello.
- Cambios en los hábitos de comidas pasando a comer mucho más o mucho menos de lo habitual.
- Visiblemente disfrutar de mucha energía y ser extremadamente vital cuando no era su personalidad, hablar demasiado rápido o decir cosas sin sentido.
- Estar de mal humor, irritable y enfadado sin motivo aparente.
- Pasar rápidamente entre sentirse mal a sentirse bien y viceversa de forma ilógica.
- Dormir a horas inusuales o extrañas
- Faltar sin motivo a citas, reuniones o compromisos importantes
- Tener problemas en el trabajo o el centro de estudios.
- Tener problemas de comportamiento que afectan a las relaciones personales o familiares.
Prevención de esta adicción
Prevenir el consumo de las sustancias es algo que se debe hacer desde la infancia. Familias, escuela y sociedad deberían unirse para ello. Pero no es algo que se deba circunscribir únicamente a las etapas más tempranas de la vida, pues la adicción a las sustancias puede surgir a cualquier edad, incluso en la vejez.
Para los progenitores, el miedo a que sus hijos e hijas sufran este tipo de adicciones es uno de los mayores temores, que se acrecenta al llegar a la adolescencia.
¿Cómo prevenir la adicción a sustancias en niños y adolescentes? ¿Es posible hacerlo?
Para ayudar a evitar el abuso y la dependencia a sustancias las medidas de prevención deben ser especialmente activas en la franja entre 11 y 14 años, pues es a partir de los 15 cuando existen más probabilidades de que surja este problema.
- Reconocer los logros, habilidades y capacidades personales de cada individuo.
- Fomentar la autoestima sin caer en la alimentación del ego desmedido.
- Educar en límites desde el cariño pero con firmeza.
- Promover formas de ocio, diversión y entretenimiento saludables.
- No ocultar a niños y adolescentes las consecuencias del consumo de drogas y de la adicción a las mismas. Hablar sobre las drogas.
- Mantener una buena comunicación familiar y personal.
- Estimular y favorecer que tenga una conducta responsable.
- Conocer las actividades que realiza el hijo o hija y con quién se relaciona sin excederse y llegar a ser controlador compulsivo
Más complicado puede ser prevenir la adicción a las sustancias en adultos. En el ámbito de la pareja o la familia es importante mantener una relación fluida y cercana, de comunicación, respeto y confianza.
En algún caso la adicción a las sustancias en personas adultas surge por un abuso de fármacos. Por eso se recomienda permanecer atento cuando una persona cercana consume medicamentos que pueden llegar a ser adictivos.
También se recomienda en caso de problemas que se sospechen puedan derivar en un consumo abusivo de sustancias. Por ejemplo, una depresión por pérdida de empleo, ruptura de pareja o muerte de una persona cercana. Se aconseja permanecer al lado de la persona dándole apoyo y promover el cuidado de su salud mental.
Tratamiento psicológico frente a la dependencia a las sustancias.
El tratamiento de la adicción a las sustancias es diferente según la sustancia, el tiempo de consumo de la misma y los motivos que han originado esta adicción. Aunque hay pautas comunes, se centra mucho en el tratamiento individual y personalizado que necesita cada persona, basándonos en cómo funciona la actual percepción del problema en el paciente y no en cómo se inició.
Este proceso lo hacemos a través de un diagnóstico operativo para discernir con claridad si la dependencia es por placer o tienen un comportamiento obsesivo. La ayuda de la familia resulta de vital importancia para ayudar al afectado.
La persona que ha sufrido adicción a una o varias sustancias es propensa a caer en ello de nuevo incluso si lleva años sin hacerlo. Por eso se debe abordar como un cambio de hábitos y mentalidad para toda la vida. De este modo, la voluntad de cambio de la persona adicta es esencial, y como hemos comentado, es necesario el apoyo de su entorno cercano, familia, amigos o pareja, para lograr una solución sostenida en el tiempo.