“Yo soy yo y mi circunstancia, y su no la salvo a ella no me salvo yo” Jose Ortega y Gasset.
Un trauma puede ser un acontecimiento o evento que al recordarlo nos perturba y nos genera una alteración tanto a nivel mental como físico y que afecta de manera directa a la persona en cualquier ámbito de su vida cotidiana.
El término trauma significa situación psicológica excepcional, provocada por eventos abrumadores (por ejemplo, actos de violencia, guerra o desastre) que representan una amenaza para la vida o la integridad física de la persona en cuestión o de un ser querido. Los accidentes (por ejemplo, haciendo deporte o de tráfico) también pueden tener un efecto traumático. En la jerga médica, el término trauma también se usa para las lesiones corporales graves y agudas.
Las secuelas y las heridas de un shock postraumático llegan a quedarse en el cerebro y pueden ser localizadas a través de resonancias magnéticas para poder ver la repercusión del daño ocasionado.
Las personas tenemos mecanismos naturales en nuestro cerebro para poder procesar y elaborar esos traumas, el llanto y el sueño. Este último a través de las fases rem y no rem se limpia y se reprocesa esa información. Hay casos de problemas en los que los mecanismos naturales no son suficientes y necesitamos la ayuda de un psicoterapeuta para superar estos traumas o bloqueos.
Sintomatología general después de un trauma
Intrusiones y flashbacks: Construcción de una coraza. Muchas víctimas evitan pensamientos, situaciones y actividades que puedan despertar recuerdos de algún evento pasado. Por ejemplo, cualquiera que haya sido testigo de un accidente de tráfico evita el transporte público y la conducción de vehículos.
Evitación, supresión y dificultades de concentración: Son personas extremadamente vigilantes porque inconscientemente siempre se creen que están en peligro. Los afectados están muy asustados y atemorizados en muchos momentos.
Nerviosismo, ansiedad e irritabilidad: La tensión generalizada producida por un suceso perturbador conduce a una irritabilidad fácil y arrebatos de ira desproporcionados. Los familiares de los afectados son los que acostumbran a notar el cambio repentino de personalidad en los afectados previamente equilibrados y relajados.
Sensación de evitar sentimientos y no tener futuro: Un trastorno de estrés postraumático puede tener un efecto duradero que contenga la alegría por vivir. A menudo, los afectados pierden todo interés y se retiran de la vida social. Pierden su lujuria por la vida y ya no planean su futuro.
EMDR y terapia breve estratégica
Para comenzar el tratamiento del trauma, el paciente primero debe sentirse seguro y protegido en el entorno terapéutico. En la primera fase de la terapia, el terapeuta, por tanto, construye una relación de confianza con el paciente. Debido a que los afectados a menudo se sienten abrumados por las emociones que surgen repentinamente, es solo después de esta fase que se trata de abordar y procesar cuidadosamente el contenido traumático concreto.
En nuestro consulta tenemos establecido un protocolo EMDR que consta de unas 8 fases con las que se incluye un proceso de reducción de aquello que perturba o no deja hacer una vida normal al paciente para seguidamente establecer un equilibrio para que se comprenda un suceso y se vayan diluyendo de forma progresiva los malos pensamientos.
Con la terapia breve estratégica ayudamos al paciente a fluir las emociones para olvidar los acontecimientos pasados y empezar a vivir el momento presente.
La segunda fase: El crecimiento postraumático
La traumatización puede conducir en algunos casos al llamado crecimiento postraumático. Esto significa que la persona en cuestión ha procesado y afrontado lo que ha experimentado y de ello deriva confianza para su vida futura. Entre otras cosas, la resistencia emocional (resiliencia) juega un papel muy importante.
Sin embargo, esto no significa que todos los pacientes salgan fortalecidos de un trauma. Tampoco se debe confundir el crecimiento postraumático con el bienestar absoluto.
A todo esto, las siguientes reacciones positivas que puede desarrollar una persona después la evolución favorable un shock postraumático, son:
- Tomar conciencia de sus propias fortalezas a lo largo del tiempo.
- Descubrir nuevas posibilidades en la vida, nuevos objetivos. Existe un futuro.
- Romper relaciones negativas, intensificar las positivas,
- Apreciar la vida con más intensidad.