Entendemos la personalidad como la forma que tiene una persona de pensar, sentir, comportarse y relacionarse con los demás, consigo mismo y con el mundo de forma frecuente y constante.
La personalidad nos diferencia de una persona a otra. La personalidad se forma a una edad temprana y está influenciada tanto por las experiencias, como por el entorno y por las características heredadas (temperamento). Por tanto, cuando se padece de un trastorno de la personalidad las personas acaban viendo afectada su capacidad para pensar, sentir y comportarse.
¿Qué son los trastornos de personalidad?
Los trastornos de personalidad implican rasgos de la forma de ser de cada persona que hacen sufrir, que llevan a tener ansiedad y depresión, y que en muchas ocasiones hacen sufrir a las personas que nos rodean.
Son un grupo de síntomas mentales que tienen en común el hecho de constituir unos patrones en la forma de ser, que suelen ser constantes, de experiencias internas que se desvían de lo “esperable” o de lo saludable para que uno esté agusto con el entorno y con uno mismo. Estos patrones de forma de ser suelen aparecer en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta, no suelen cambiar (son frecuentes y constantes), y suelen ser conductas que están consolidadas en cómo te comportas, no es un comportamiento que dure unos días.
Todas las personas podemos presentar ciertos rasgos de personalidad, el problema es cuando esos rasgos perjudican, bloquean y afectan a la relación con el entorno.
Problemas comunes que tratamos en los trastornos de personalidad
Los síntomas más comunes en las personas que presentan un Trastorno de Personalidad, suelen ser:
Inadaptación.
Problemas para las relaciones con los demás.
Problemas en el colegio o el trabajo y estos se suelen asociar a ansiedad y depresión.
Desde la Terapia Breve Estratégica enfocada a los trastornos de personalidad nos enfocamos a solucionar los problemas que el paciente percibe para irle haciendo ver su patrón de personalidad.
Ya que como dice Júlia Pascual cuando uno es capaz de saber quién es ya puede cambiar, o añade cuando uno es consciente del guión que está interpretando en una situación en concreto ya lo está cambiando.
Además, en terapia breve estratégica para los trastornos de personalidad decimos que hacemos terapia breve estratégica a largo plazo porque uno vez solucionamos el sufrimiento que padece el paciente y las personas que lo rodean luego siempre estamos viendo el paciente cada 3 meses para consolidar y seguir puliendo esos rasgos de personalidad y prevenir que su forma de ser ya no genere un problema sinó que su forma de ser sea su fortaleza para afrontar la vida.
Terapeuta para Trastornos de personalidad y su clasificación
Utilizamos el concepto de Cluster de personalidad para explicar la forma en que se organizan este tipo de trastornos, según las características propias de cada uno y los elementos que todos tienen en común. Sabiendo esto, destacamos que, estos trastornos se pueden clasificar en tres grupos o clusters de la personalidad
Trastornos de personalidad paranoide. Es la desconfianza patológica que te perjudica, que incluso puede hacer que veas cosas donde las hay. Muestran una suspicacia excesiva hacia los demás, a quienes atribuyen motivos ocultos o maliciosos. Se muestran hostiles ya que suelen ven las acciones de los demás como amenazas.
Trastorno de personalidad esquizoide. Tiende al aislamiento social y emocional, y muestran poco interés por las relaciones interpersonales. Suelen ser personas frías, distantes, apáticas, y prefieren hacer actividades solitarias, mostrándose esquivas ante cualquier intento de intimar con ellas.
Trastorno de personalidad esquizotípico. Cuando presentan alguna conducta excéntrica, o más rara de lo normal. Implica experimentar la creencia de que se puede influir tanto en las personas como en los pensamientos. Tienden a malinterpretar comportamientos dando lugar a respuestas emocionales inapropiadas.
Trastorno antisocial. Son aquellas personas que disfrutan viendo sufrir a los demás o haciéndoles daño; tienden a manipular a los otros sin expresar el menor remordimiento. No suelen acudir a la consulta. Se observa más en las cárceles o en centros de reinserción. Suelen ser personas que han tenido heridas muy graves en su infancia, y suelen presentar tendencia al consumo de alcohol o drogas.
Trastorno límite de la personalidad (TLP). Los jóvenes con TLP son impulsivos, inestables en lo emocional, sienten un miedo intenso al abandono, pueden autolesionarse y tiene baja tolerancia a la frustración. Casi todos presentan alguna de estas características. Interpretan la realidad de forma radical, y perciben constantemente el entorno como amenazante. Los jóvenes con TLP son impulsivos, inestables en lo emocional, sienten un miedo intenso al abandono, pueden autolesionarse y tiene baja tolerancia a la frustración.
Casi todos presentan alguna de estas características. Interpretan la realidad de forma radical, y perciben constantemente el entorno como amenazante. Los síntomas del TLP suelen ser (Aunque no siempre aparecen todos): inestabilidad emocional, baja gestión emocional, descontrol de impulsos, pasan del amor al odio a sus seres queridos en poco tiempo, idealizan a las personas para luego humillarlas y rechazarlas, sufren ataques de ira, mantienen relaciones personales muy conflictivas, con grandes problemas para gestionar a los demás, buscan emociones y necesitas experimentar con sensaciones intensas, pueden autolesionarse y tienen una baja capacidad de empatía.
Trastorno de personalidad histriónico. Es el dramático, el que le gusta llamar la atención, el emocional. Necesita estar en un sitio y que se hable de ella; son personas muy dramáticas y que intentan llamar la atención.
Trastorno de personalidad narcisista. Personas que actúan con grandiosidad y arrogancia excesiva, a menudo mostrando un sentido de superioridad y exigiendo la admiración de los demás sin dar nada a cambio, puesto que no sienten empatía. La autocrítica no está hecha para ellos.
Trastorno evitativo. Las personas con este trastorno evitan las situaciones sociales o interpersonales que impliquen riesgo de rechazo, crítica o humillación. Es la timidez llevada al extremo. Suelen ser personas inseguras y sensibles. Desearían tener interacción social pero temen ser juzgadas de forma negativa; pueden obsesionarse con las críticas de los demás.
Trastorno dependiente. Son personas que sienten necesidad de otras con tanta intensidad que acaban esclavizándolas y negándoles su propio espacio e intimidad. Controlan todo lo que haces, pretenden constantemente formar parte de tu vida y no soportan la idea que tengas vida propia y separada de la que tienes con ellos. Esto produce un desgaste y un sentimiento intenso de sentirse atrapado. Los dependientes no dudan en utilizar el chantaje emocional para evitar que te desligues de ellos. De este modo, suelen evitar la soledad y requieren a los demás para tomar ciertas decisiones.
Trastorno obsesivo. Personas que tienen rigidez cognitiva, son poco flexibles, tienen manías, pensamientos rumiativos, rasgos obsesivos muy marcados y están habituadas a determinadas rutinas o rituales, de modo que cualquier incumplimiento de los mismos, genera en ellos una reacción desproporcionada. Son personas que suelen ser rígidas en el orden de la habitación, en los horarios, en los planes. En este grupo, se incluye al perfeccionista, que además necesita que todo esté hecho de la mejor manera posible. El perfeccionista es el eterno insatisfecho porque nunca nada está a la altura de lo que quiere.
Por tanto, tenemos que saber que existen los rasgos de personalidad, y que es bueno conocerse, ya que esto nos ayuda a comprendernos y a sacar lo mejor que llevamos dentro. En nuestro centro de terapia breve estratégica ayudamos a las personas a saber quiénes son para que ese conocimiento les dé fuerza para vivir su vida de forma más digna y serena. Partiendo de la base del cambio continuo: Cuando uno sabe quién es ya puede cambiar o como indica la psicóloga Julia Pascual: en la aventura de descubrir quién eres ya estás cambiando.
Carla Pastor. Psicóloga del Centro de Terapia Breve Estratégica Júlia Pascual