“Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos” Galeano
El Vomiting, que en los criterios psiquiátricos le llaman bulimia nerviosa, es un trastorno alimenticio que puede darse en un inicio porque la persona presenta un miedo a engordar y empieza a restringir la comida hasta que no puedo con el control alimentario, desencadenando atracones que luego compensa con vómitos.
Se convierte el vómito en un recurso para no culpabilizarse y sentirse aliviado, de este modo, cuando un ritual se repite en el tiempo se vuelve placentero.
Podemos observar tres fases claras, la excitación, la consumación y la descarga, evocando de manera clara a los actos fisiológicos sexuales.
¿Sientes placer y alivio al vomitar y lo haces de forma constante? ¿Tienes miedo a engordar? El vomiting, considerado como un trastorno del placer, puede inhibir cualquier otro placer, dejando de banda otras diversiones de la vida cotidiana. Es en estos casos donde se requiere de una intervención psicológica adecuada como las que realizamos en el centro. El objetivo es eliminarlo, revertirlo y llevarlo hacia una situación en la que se proyecte la alimentación como un acto natural y saludable.
Clasificación de resistencias ante el comer para vomitar
Normalmente son pacientes en edad adolescentes, acostumbran a venir a la consulta en familia y en otros casos incluso solos. Para solucionar este tipo de pacientes explicamos de manera erótica y provocativa la historia del amante secreto, haciendo un símil con una historia amorosa con otra persona y la comida. Esto hace que la persona sienta vergüenza ya que no era consciente de la situación. Les crea aversión y normalmente es suficiente para producir el desbloqueo.
Otra forma de solucionarlo es indagar en lo que han hecho los padres para solucionar el problema, también si han utilizado otros psicólogos. En caso del entorno más cercano las indicaciones que damos son irracionales, como por ejemplo en casos de vómito cambiar la dinámica prohibitiva y hacerla más accesible y abierta para eliminar el efecto placentero. Otra prescripción sería la de observar sin intervenir por parte de los padres, etc.
Son casos en los que el paciente, una vez explicada la analogía del amante secreto, se sienten reconocidas en eso. De este modo la prescripción es a través de un experimento en un periodo de 15 días. Se trata de dejar comer y vomitar al paciente pero con la condición de espaciar la última acción en intervalo de tiempo determinado.
De este modo, al esperar y controlar el tiempo (contra-ritual), lo que provoca es una disminución del placer de vomitar. Utilizamos un estrategema china de guerra, para convertir el placer en tortura.
Es la paciente que no puede seguir la prescripción del contraritual entre comer y vomitar. Suelen ser personas muy seductoras, a veces con personalidad borderline, abuso de sustancias, de pareja o promiscuas o que llevan muchísimo tiempo con la problemática. Si son adolescentes vienen con la familia, no por iniciativa propia.
Con estas personas acabamos teniendo una comunicación provocatoria. La prescripción más eficaz es la de la preparación de un atracón perfecto, con una preparación sistemática para vomitar. Estas pacientes también se curan a pesar que el cambio no es tan rápido como la tipo 1 y la tipo 2.
Protocolo de intervención ante la bulimia
En nuestro centro de terapia breve estratégica no nos basamos en los diagnósticos descriptivos, sino que utilizamos diagnósticos operativos. Los terapeutas producimos el cambio desde la primera sesión. aportamos herramientas al paciente para que se produzcan cambios.
Podemos elaborar dos fases como protocolo:
Definición del problema
Para definir bien el problema tenemos que saber qué es lo que ocurre, cuándo ocurre, dónde ocurre, con quién ocurre y cómo ocurre. Recopilamos información operativa para poder construir una solución a medida para los pacientes
Diálogo estratégico y soluciones intentadas
En el centro de Júlia Pascual utilizamos el diálogo estratégico o indicaciones ad hoc para bloquear las soluciones intentadas del paciente para posteriormente producir el cambio. Estas prescripciones siempre se basan en una lógica estratégica, como la paradoja, la creencia o la contradicción. No utilizamos soluciones racionales por eso somos la alternativa de solucionar casos aparentemente imposibles.
Muchas de las vomitadoras intentan resolver el problema por sí solas y no acaban funcionando. Por ejemplo: Intentan restringir la comida pero acaban con atracones. El vomitador prueba el vómito para contrarrestar el miedo a engordar y al final se acaba convirtiendo en problema. Otras soluciones intentadas podrían ser la dieta o el ejercicio.
Para solucionar este problema es esencial tener una relación y una comunicación que se adapte al paciente para que consecuentemente se pueda establecer una correcta estrategia y elegir las herramientas más específicas.